Historias de niños migrantes con tres acentos centroamericanos
Por Kimberly López, Laura García Cáceres y Claudia Palacios
Guatemala, Honduras y El Salvador no tienen afán por documentar la partida de los viajantes más pequeños entre los migrantes en condición irregular. México sí. Guarda registro de quienes cruzan su territorio en una de las travesías más peligrosas a cualquier edad, más para los niños. Van a reunirse con sus padres o a iniciar su propia historia de trabajo convertido en envío de remesas. Algo que sí registran al centavo los tres países.
Las historias se repiten desde 2014. La de los niños que van al reencuentro con sus padres –a quienes no recuerdan–, o de adolescentes angustiados por el acecho de las pandillas o la pobreza en casa. Lo que cambia es el acento de un español muy centroamericano. No parece que se dejen de contar.
En números
Eventos de menores presentados ante la autoridad migratoria, según grupos de edad y condición de Viaje