Sin políticas públicas, Honduras siempre tendra niños que migren

Por Laura García Cáceres

Su nombre es Carlos. Estaba por cumplir 18 años cuando con su madre y sus hermanos gemelos de 12 años se marcharon de una de las colonias más peligrosas del Distrito Central de Honduras. La respuesta del gobierno ha sido la firma de convenios tan internacionales que no solventan ni la pobreza ni la disputa entre el Barrio 18 y la Mara Salvatrucha que los expulsó.

Son tratados externos mientras que nada o poco cambia en casa.Los cuatro estaban decididos a cruzar las tres fronteras para llegar a Estados Unidos. En el primer intento los regresaron a Honduras en 15 días «por mala organización de las personas que nos ayudaban». Cuando dice «personas que nos «ayudaban», se refiere a los «coyotes» Pagaron 10 mil dólares por cada miembro de la familia y por emergencias –si surgían– 500 dólares adicionales.

Cuatro años después, cuando los gemelos cumplieron 16, lo intentaron por segunda vez siempre por tierra. Solos. Carlos decidió quedarse en Honduras.

Cuando cruzaron por México debieron haber pasado por el Programa Nacional para la Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes Migrantes, una política diseñada para la protección de menores en tránsito, pero la magnitud del flujo migratorio es tanta que no alcanza a cumplirse. Es difícil garantizar la seguridad de los menores expuestos a detenciones, extorsión, secuestros y trata de personas. Cuando fue el turno de Carlos comparte que la inseguridad fue la constante, su protección no fue un programa de gobierno, encontró refugio en caminar con otros migrantes.

Cuando caminan sin ninguna guía no los protegen ni otros migrantes ni los gobiernos de los países que cruzan.

Para finales de 2024 se localizaron 10,000 menores de edad hondureños en situación migratoria irregular en México, según la Unidad de Política Migratoria de México. Por lo tanto, más retornados hondureños de los cuales uno de cada diez eran niños y niñas (31%), según reporte de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de 2023.

«La violencia relacionada con pandillas y narcotraficantes empuja a miles de jóvenes a tomar la peligrosa ruta hacia el norte, llena de riesgos y desafíos», opina Cándida Maradiaga, la coordinadora de la Defensoría de la Niñez del Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh). Carlos confirmó el dato. «La colonia donde vivíamos era peligrosa, las pandillas nos ofrecían muchas cosas, nos reclutaban. Tuvimos que huir de eso». Sin pausa agrega otra variable: el narcotráfico «cambió Honduras. Afecta todo». ».

De nuevo: la violencia toma un papel protagónico en la decisión de los menores para migrar. «Honduras necesita fortalecer lazos con México y Estados Unidos porque la reunificación familiar los hace emprender el viaje», menciona Elsy Reyes, coordinadora de movilidad humana del Conadeh. Pero las políticas migratorias de Estados Unidos endurecieron los requisitos para solicitar asilo. La tensión aumentó con la llegada del nuevo presidente, Donald Trump, aunque el gobierno hondureño dirigido por Xiomara Castro no cree probables las deportaciones masivas, según Lizeth Coello, secretaria de Estado del Despacho de Niñez, Adolescencia y Familia de ese país. De igual manera se preparan para ese escenario, dijo.

Ya suceden. En su primer día, el presidente Trump emitió 22 órdenes ejecutivas en temas como salud, alivio económico, asistencia internacional y migración. Benjamine Huffman, secretario en funciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés), revocó la prohibición a las autoridades migratorias de realizar redadas en escuelas, hospitales e iglesias. El martes 22 estos lugares comenzaron en estos lugares.

La presidenta Castro no se pronuncia. «Como país respetamos las decisiones soberanas que toma el gobierno estadounidense. No obstante, desde nuestra soberanía también hay decisiones que no compartimos, por ejemplo este tipo de prácticas. Creemos que son medidas innecesarias», opinó el recién juramentado director ejecutivo del Instituto Nacional de Migración (INM), Wilson Paz. También se preparan para la reintegración de connacionales.

Convenios, pero se necesitan cambios

De momento hay niños atrapados en México, otros devueltos a Honduras a los mismos peligros que los obligaron a irse.

La migración es un fenómeno de larga data en Honduras, pero la expulsión de menores no acompañados refleja un agravamiento de la crisis social, económica y política. Esa es la lectura de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Lo vivieron Carlos y sus dos hermanos.

Según el Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), después de la pandemia por Covid-19, cuatro de cada diez (40%) niños y adolescentes hondureños no están matriculados en el sistema educativo. No solo limita las posibilidades de futuro de estos menores, sino que los expone a la explotación laboral y la violencia, comunes en muchas de las zonas donde crecen. Lo que perpetúa el ciclo de pobreza y vulnerabilidad.

Y cómo no si los recursos son escasos: en el presupuesto 2024, Honduras dedicó 0.26 centavos de lempira (1 centavo de dólar) diarios por niño.

Carlos es barbero al mismo tiempo que cursa el último año de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Ama su trabajo, pero apenas cubre para costear sus estudios.

«Algunos de mis amigos no terminaron la escuela, se fueron a trabajar desde muy jóvenes. Otros se unieron a las pandillas porque no tenían otra salida». Sus hermanos, los gemelos, se fueron al terminar el bachillerato. Con ayuda de familiares que los esperaban en Estados Unidos se colocaron en trabajos al nomás llegar. Allá cumplieron la mayoría de edad.

La educación superior es una ventaja que sus hermanos no tienen, cree.

Existen esfuerzos a nivel regional para proteger la integridad de los menores migrantes, como la Convención sobre los Derechos del Niño y las recomendaciones de la CIDH. Honduras y Guatemala tienen un protocolo binacional de atención a los niños migrantes en condición irregular que también quisieran tener con México.

«Pero sin un cambio profundo en las políticas públicas –en temas de seguridad y pobreza– es probable que el ciclo de la migración forzada continúe y afecte a más niños y adolescentes hondureños». Ahí está el punto medular para Maradiaga. De lo contrario siempre habrá más Carlos que con sus hermanos intente cruzar tres fronteras las veces que sea necesario porque quedarse no es opción.

Eventos de menores presentados ante la autoridad migratoria según grupos de edad, condición de viaje y género

estadisticas de eventos con menores no sujetos a devolución estadisticas de eventos con menores no sujetos a devolución

Eventos de retorno asistido de menores según grupos de edad, condición de viaje y género

eventos de retorno asistido de menores

Eventos de menores que abandonaron el procedimiento administrativo migratorio (PAM), según grupos de edad condición de viaje y sexo

eventos de menores que abandonaron el procedimiento administrativo migratorio